La celebración el día 15 de junio como el Día Mundial de la Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato a la Vejez nos sirve a los investigadores de CTIC Centro Tecnológico para reflexionar acerca de cómo este problema que, a priori, parece tener únicamente un carácter social, puede abordarse desde el ámbito de la tecnología.
La OMS reconoce el maltrato a los mayores como un problema de salud pública y refleja datos tan preocupantes como que 1 de cada 6 personas mayores de 60 años sufrieron algún tipo de abuso en su entorno cercano. En Asturias tenemos un contexto demográfico especialmente sensible, ya que nuestra región presenta la tasa de envejecimiento más elevada de todas las comunidades autónomas españolas, contando en la actualidad con un 25,2% de personas mayores de 65 años, y se prevé que este porcentaje continuará aumentando. Conscientes de esta realidad, la Consejería de Servicios y Derechos Sociales del Principado de Asturias publicó en 2018 el Protocolo Sociosanitario para la promoción del buen trato y la detección e intervención ante el maltrato a personas mayores, que sirve de base para facilitar una intervención coordinada entre las administraciones y sistemas de protección, así como sensibilizar en el buen trato a las personas mayores.
En definitiva, un importante reto que requiere la atención de toda la sociedad, pero que puede ser reforzado con propuestas desde diversos ámbitos. Con este enfoque, y teniendo en cuenta que la tecnología está presente hoy en día en todos los aspectos de nuestra vida, ¿por qué no aprovechar sus ventajas para afrontar este reto? Para ello, podemos crear soluciones tecnológicas adaptadas a los tres ámbitos de intervención que propone el protocolo sociosanitario: social-comunitario, relacional-domiciliario e institucional, cada uno con unos factores de riesgo diferenciados que pueden desencadenar un comportamiento de maltrato.
El ámbito social-comunitario está relacionado con el contexto actual que rodea a las personas mayores, siendo la soledad una realidad muy común en dicho contexto. En este sentido, la Realidad Virtual y Aumentada puede utilizarse para proporcionar a la persona nuevas formas de comunicación con su entorno, así como diferentes apoyos para facilitar las diversas actividades que toda persona lleva cabo en el día a día.
En el ámbito relacional-domiciliario influyen todos los factores derivados de las relaciones que se establecen en el hogar, ya sea con familiares o con otras personas que actúan como cuidadores. En este sentido, contar con un hogar digitalizado en el que se combinen los dispositivos de IoT y las técnicas de Inteligencia Artificial permite por un lado, favorecer la autonomía personal, reduciendo así la dependencia de terceras personas y, por otro lado, ofrecer herramientas de supervisión a familiares para detectar posibles carencias en los cuidados a la persona, pudiendo así actuar preventivamente. Esta tecnología es, igualmente, interesante para adaptar el hogar a las necesidades específicas de las personas mayores, una tendencia conocida como la creación de entornos amigables con la edad, un enfoque esencial para la seguridad y el bienestar de las personas mayores.
La tecnología también puede aplicarse al ámbito institucional, contando con la colaboración de los establecimientos prestadores de servicios y cuidados a corto o largo plazo. En este sentido, Blockchain presenta un potencial enorme a lo largo de la cadena de suministro de infinidad de servicios. Como ejemplos, podría favorecer la trazabilidad y autenticación de los datos necesarios para asegurar que estos establecimientos cumplen con diferentes normativas, la transparencia en términos de formación y experiencia de sus profesionales o el registro de la totalidad del proceso implicado en la toma de medicación de los usuarios, entre otras muchas posibilidades.
El área de Envejecimiento Activo y Bienestar pretende aportar diferentes soluciones a un tema tan relevante como es el bienestar de las personas mayores a lo largo de las múltiples tecnologías en las que CTIC es experto. Para ello, la solución se enfoca siempre a retos presentes en la sociedad, tratando de afrontarlos mediante la tecnología y situando a la persona siempre en el centro de la solución, analizando su viabilidad y teniendo en cuenta las necesidades y preferencias de los destinatarios. Una perspectiva que trata de garantizar, en todo momento, el buen trato de nuestro mayores. Si alcanzamos este objetivo en todos los ámbitos de la sociedad, habremos eliminado el maltrato de la ecuación.
Sonia García Fernández
-Equipo de Envejecimiento Activo y Bienestar-
