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El Open Data Day, celebrado cada año entre el 2 y el 8 marzo, sirve para destacar la importancia que el acceso abierto a los datos ha tenido y tiene en nuestra sociedad y poner el foco en cómo la liberación de datos por parte de las administraciones públicas ha permitido alimentar la innovación, la transparencia y el desarrollo económico.

Al poner datos a disposición del público, las administraciones no solo promueven una cultura de transparencia sino que también permiten que empresas, investigadores y ciudanía en general creen soluciones que den respuesta a desafíos complejos, como la salud pública, la creación de valor económico o la sostenibilidad ambiental.

En dicho contexto, los espacios de datos surgen como un concepto re-evolucionario, como palanca para potenciar el valor de los datos en general y, entre ellos, también los datos abiertos.

Estos espacios se configuran como plataformas dinámicas de compartición y explotación de datos que facilitan el intercambio seguro y eficiente de datos y servicios entre actores diversos, permitiendo un mejor aprovechamiento de los datos, por ejemplo, a lo largo de las cadenas de valor en sectores como el agroalimentario, el turismo, el transporte, la industria o la salud.

Una cuestión possible gracias a los principios sobre los que se soportan estos espacios basados en la federación, la soberanía, la seguridad y la gobernanza de los datos, aspectos que juntos aportan control y flexibilidad a los proveedores y consumidores de datos. De esta manera, las organizaciones pueden colaborar y compartir datos de una forma controlada, sin comprometer su autonomía y cumpliendo los principios y valores que la Unión Europea impulsa respecto a la protección de datos, la privacidad, la propiedad intelectual, etc.

La federación en los espacios de datos permite que las diversas entidades mantengan la propiedad y el control sobre sus datos mientras participan en ecosistemas más amplios de intercambio de información. Este escenario es particularmente propicio para integrar el open data con datos privados, creando un entorno rico y versátil que puede impulsar la innovación y la creación de valor. En este contexto, el open data no es simplemente una colección de datasets, sino que se transforma en un catalizador junto con el espacio de datos para el desarrollo económico, social y tecnológico.

Combinando open data con datos privados en el marco de un espacio de datos podemos abordar desafíos complejos. Por ejemplo, en el ámbito de la salud, los datos abiertos relativos a las tasas de vacunación puede combinarse con datos de la sanidad privada para mejorar las estrategias de prevención de enfermedades y la distribución de recursos médicos.

opendataday

Este enfoque no solo potencia la utilidad de los datos abiertos, sino que da oportunidades para que las empresas puedan innovar y mejorar sus servicios y productos en un entorno de confianza que garantiza el control por parte de los publicadores de datos.

En este panorama de colaboración y compartición de datos, proyectos como Gaia-X juegan un papel importante. Al proporcionar una infraestructura que soporta tecnológicamente la soberanía de los datos, la federación y la seguridad, Gaia-X facilita la puesta en marcha de ecosistemas de datos dirigidos a la solución de casos de uso sectoriales. Algo que no solo ayuda a España y Europa a avanzar hacia la soberanía digital, sino que también establece un modelo para el resto del mundo sobre cómo gestionar y aprovechar el poder de los datos de una manera ética y efectiva.

Tomando en consideración los retos que deberemos superar podemos enfocarnos en la integración open data con los espacios de datos presenta algunos desafíos como la necesidad de estándares comunes para la interoperabilidad y la creación de modelos de gobernanza efectivos que facilite y fomente dicha integración.

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